jueves, 18 de diciembre de 2008

Adoro la trazabilidad RFID

Ya sé que estamos en pleno periodo de recesión económica y crisis, periodo durante el cual, exceptuando algún que otro listo, la gente, las empresas, optan normalmente por "recoger beneficios", no innovar (porque no hay dinero) y pasar el mal trago como se pueda. Es perfectamente comprensible, seguramente yo también lo haría.

Sin embargo, siempre hay empresas valientes, que durante estos periodos de desaceleración, luchando contra viento y marea, apuestan por tecnologías innovadoras que a la larga les harán marcar la diferencia, obtener la tan anhelada ventaja competitiva con respecto a otras empresas de su mismo sector. Me quito el sombrero ante esas empresas.

Hoy, para enlazar ese pesimismo económico generalizado en el que estamos inmersos con las arriesgadas estrategias de innovación que llevan a cabo ciertas empresas, quiero volver a romper una lanza en favor de la tecnología RFID, una tecnología "que dicen que más o menos funciona", pero que algunos consideran todavía demasiado novedosa y cara, muy cara.

Creo firmemente en la tecnología RFID desde hace tiempo, es más, creo que puede ser caballo ganador, tecnológicamente hablando, en estos tiempos tan duros que se avecinan. Auguro que quien aproveche este gris periodo para reflexionar y apostar estratégicamente por RFID para la trazabilidad de sus productos, combinado con otras tecnologías, se llevará el gato al agua. Entiendo que cueste innovar e invertir dinero en I+D+I, pero hay que ser conscientes de que a la larga, estas apuestas tecnológicas resultan casi siempre beneficiosas y son las que marcan la diferencia. Creo que puede ser el caso de RFID. Que si los tags son todavía muy caros, que si hay colisiones en las lecturas, que si de momento todavía está el código de barras..., ¿van a ser todo siempre puntos de vista negativos? Como en seguida podréis comprobar, os aseguro que RFID tiene cosas muy positivas, sobre todo relacionadas con la trazabilidad de productos.

Hoy en día, casi todas las empresas de logística y distribución medianamente grandes disponen de sistemas de trazabilidad y localización de sus pedidos y/o envíos. En los últimos años han apostado muy fuerte por estos sistemas que les permiten conocer en todo momento dónde está el paquete a entregar o si ha ocurrido algún tipo de incidencia. No sólo es positivo para la empresa a nivel interno, para el cliente final es la leche conocer el estado exacto de su pedido introduciendo un localizador en una dirección de Internet. El caso real que os expongo hoy trata sobre estos sistemas de seguimiento y localización casi en tiempo real.

De hecho, este post viene propiciado por una muy buena experiencia que he tenido recientemente con una empresa nacional de mensajería urgente acabada en 'X' ;-). Increible pero cierto, la fantástica experiencia comienza tras comprar y pagar un artículo en EBay, tras lo cual, el vendedor me manda un mail proporcionándome un localizador del envío, muy cortés por su parte. Sinceramente, hasta hace poco no había tenido muy buenas experiencias con envíos y seguimientos realizados, por ejemplo, a través de Correos, donde sé que está implantado un sistema de trazabilidad RFID hace bastante tiempo.

En cambio, esta vez tengo que admitir que he sabido en todo momento en qué estado estaba mi envío. Desde por la mañana he podido chequear vía web, introduciendo el dichoso localizador, que mi pedido había salido de Madrid el día anterior y que estaba ya de reparto en mi pueblo. ¡Qué rápido!


A la hora de comer me llaman al móvil desde la oficina de reparto de la zona; como me temía, han pasado por casa y no había nadie, con lo que me preguntan a qué hora me viene bien que se vuelvan a pasar. Quedamos a una hora y listo. Por curiosidad, a los dos minutos de colgar el teléfono echo un vistazo al workflow personalizado de mi envío.

Como veis, actualización instantánea de la incidencia, ¡qué grande! Para rematar la buena faena, con increible puntualidad, ya en casa, por la tarde, me entregan el ansiado paquete. Firmo el albarán, el mensajero se las pira, me vuelvo a conectar a Internet, ¡y ya está todo actualizado!
Como cliente preocupado por su artículo que soy, he de decir que ha sido una verdadera gozada poder ver online cuál ha sido el flujo de trabajo exacto que ha seguido mi envío.

Simplemente es un ejemplo real de uno de los muchos beneficios que puede aportar la tecnología RFID en el ámbito de la trazabilidad, partiendo de la premisa de que la empresa donde se implanta el sistema, tiene una visión tecnológica innovadora a largo plazo. Puede que ahora mismo sean sistemas caros, pero aparte de los beneficios que aporta a la propia empresa, me parece incluso más importante la buena impresión que deja en los clientes, como es mi caso. En estos tiempos en los que "quien tiene un cliente, tiene un tesoro", éstas son las apuestas tecnológicas que marcan la diferencia y fidelizan a los clientes con su buen hacer.

A todo esto, hoy me he centrado de lleno en la faceta de trazabilidad que aporta RFID, aunque estoy convencido de que RFID no sólo vale para eso. De hecho, tras una correcta y unívoca identificación de objetos con RFID, es posible desarrollar multitud de aplicaciones y acciones derivadas, sin que éstas tengan que estar directamente relacionadas con el concepto de trazabilidad "puro" de la cadena de suministro. Sin duda alguna, esta visión alternativa del RFID abre las puertas a un montón de soluciones tecnológicas complementarias a los propios sistemas RFID, lo que redunda en beneficio de tod@s.

SaludoX.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Buenas!

Respecto a RFID disiento un poco sobre tu visión optimista del mismo ;) No me cabe la menor duda de que se trata de una tecnología innovadora y muy interesante en cuanto a sus aportes (por ejemplo, esta traza tan alucinante del seguimiento de entrega de un artículo), aunque me consta, por tener varios compañeros trabajando en un proyecto de esta tecnología, que de momento es, como dices, algo cara y difícil de implantar.

Mis miedos o mi disención respecto a las bondades de RFID vienen de la mano de un mal uso que podría llevarse a cabo de dicha tecnología. Es decir, aclarándome, RFID me parece tecnológicamente buena, pero éticamente cuestionable. Cuestionable si se cumplen las peores previsiones, claro está, de cómo podría afectar al seguimiento de los artículos después de su compra. Adquiero unos zapatos, llevan implantado su chip RFID para facilitar seguimientos, control de stock, incluso la venta. ¿Pero quién controla que luego no siga usándose para saber dónde estoy? ¿Qué compro? ¿Junto a quién camino?

Esto es lo que me causa pavor de dicha tecnología, o más bien del mal(igno) uso que podría dársele :) Sobre este tipo de cuestiones (más éticas que tecnológicas, lo admito), ¿qué se os pasa por la cabeza respecto a RFID?

Saludos :)

Anónimo dijo...

¡Buenas lobosoft! Gracias por ese punto de vista ético que te marcas en el comentario. Los apasionados por la tecnología a veces pecan (pecamos) por obviar este tipo de cuestiones éticas, pero no me cabe ninguna duda de que la buena o mala gestión de los problemas de seguridad y privacidad asociados a RFID van a determinar en gran medida el éxito de la implantación de esta tecnología en los años venideros.

Es una tecnología bastante madura, que poco a poco se va estandarizando, pero como much@s sabemos, todavía existe un vacío legal muy grande en materia de invasión a la privacidad de las personas.

No puedo asegurarlo con absoluta certeza, pero tengo entendido que la Unión Europea (EEUU funciona "a su bola"), que ha y está apostando fuertemtente por la tecnología RFID, tiene previsto empezar a tomar cartas en el asunto desde ya mismo. De hecho, aparte de mejorar la eficacia de las lecturas, abaratar el coste de los tags y seguir con la estandarización, existe una fuerte preocupación y una importante partida económica orientada a subsanar los problemas del RFID en materia de seguridad y privacidad.

Siguiendo tu ejemplo de la compra de las zapatillas, confío en un futuro en el que al salir de la tienda, unos lectores RFID desactiven e inhabiliten para siempre el tag RFID encpasulado en el calzado, evitando así que seamos "trazados".

Yo, siempre que todo este tema de seguridad y privacidad se legisle convenientemente, confío ciegamente en RFID. Hablaremos largo y tendido en el futuro...

Gracias por este punto de vista distinto. SaludoX.

Anónimo dijo...

¡Hola tocayo!

Jejeje, me gusta hacer siempre de abogado del diablo en estas cosas ;) Creo que, como dices, pecamos a menudo (y me incluyo) de pasión por las nuevas tecnologías emergentes (aunque como en el caso de RFID esté ciertamente madura), y dejamos de lado los aspectos éticos de la tecnología. Que obviamente, no nos toca legislar ni gestionar, pero en las que sin duda podemos aportar, y mucho, a este respecto.

RFID alberga bastantes de estas problemáticas, sin duda muchas más en EEUU que en Europa, donde las instituciones y ciudadanos somos más sensibles a estos aspectos éticos. Ya te comentaba que hay compañeros trabajando con esta tecnología, y tampoco quiero que se queden sin trabajo, claro, jejeje. Así que a ver cómo se resuelve el tema de la trazabilidad, que para según que cosas, como demuestras con tu ejemplo, es maravillosa.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Como bien apuntas, aunque no directamente, está claro que los "tecnólogos" (¡qué bien suena!) tenemos mucho que decir y aportar en materia de legislaciones y estandarizaciones, y no sólo en temas de seguridad RFID...

Auguro y deseo (también por mis propios intereses tecnológicos), que tus compañeros tengan mucho currelo relacionado con RFID durante los próximos años.

SaludoX.